jueves, 1 de diciembre de 2011

5 - Técnicas del dibujo: Pastel

El pastel es una de tantas variantes del dibujo con lápiz de color. Se usaba ya en los siglos XV y XVI, servía para dar el toque final con color a los retratos realizados con otras técnicas como punta de plata o sanguina.
Su máxima difusión la alcanzó en el siglo XVIII, siendo la técnica preferida para los retratos. La delicadeza de los colores y los tonos un poco fríos del pastel respondían plenamente al gusto Rococó, teniendo en cuenta también la rapidez de ejecución que permite captar en un apunte la fugacidad del momento.


El modo de obtener el pastel es: haciendo una pasta de pigmento en polvo mezclada con agua, a su vez, meclada con diferentes sustancias según el color y dureza deseados (por lo general agua de cocer cebada o lino, jabón de Marsella o goma arábiga).La intensidad del color se obtiene según las sustancias que se emplean para diluir.
La pasta se moldea en forma de cilindros y se deja secar.
Hay diferentes tipos de pasteles: blandos, semiduros y duros, estos últimos suelen estar tratados con cera.
Las gradaciones del tinte se obtienen añadiendo arcilla blanca; para los rojos se usa bolo armenio; para los tonos oscuros la hematita negra.
Dado que el pigmento tiene un coste elevado en relación con el de las sustancias diluyentes, el pastel que se encuentra en el comercio suele ser descolorido, bien distinto de la delicadeza de tonos característicos de esta técnica.
El soporte para el pastel puede ser cualquier superficie que sea lo bastante áspera para retener una parte del color aplicado con una ligera presión. Existen papeles "vidriados" preparados a propósito para el pastel que se pueden usar también sobre tejido de grano fino.

Para facilitar la fusión de los tonos se puede difuminar con los dedos y, al mismo tiempo, nos permite crear delicadas gradaciones cromáticas.
Para evitar los brillos, hay que limitar al máximo los retoques. Así pues, requiere el pastel decisión y seguridad en el trazo por parte del artista.
Para garantizar la duración del pastel es necesario, además de trabajar en superficies granulosas, fijarlo rociando el dorso con leche, agua o goma.
Ya que es muy difícil limpiar los pasteles, conviene tomar precauciones previas que garanticen su conservación.
Las dimensiones reducidas, debidas a la dificultad de cubrir con color grandes superficies y por otro lado su carácter de técnica intermedia entre el Dibujo y Pintura, facilitaron posteriormente el uso y la difusión del pastel.
Un pastelista excepcional fue Degas, porque rompió la tradición de superficial delicadeza y luminosidad que el pastel había heredado del siglo XVIII. Degas renovó los temas, sacando el pastel del ámbito limitado del retrato al que estaba confinado, y la técnica, aplicando el pigmento en capas sucesivas que fijaba con un preparado cuya fórmula no conocemos. Así llegó a evitar la granulosidad del pastel y a conservar el brillo del color. Además usaba un tipo de lápices con mucho pigmento y pocas sustancias de relleno, superando por tando los efectos limitados del pastel tradicional.
Otros impresionistas como Renoir, Morisot, Sisley, o Pisarro usaron también el pastel en algunas ocasiones, sólo o con lápices de colores y acuarelas.




Obra de Edgar Degas, lleva por título Bailarina con ramo saludando o Sombrillas amarillas.
Se trata de un pastel y aguada sobre papel pegado en tela. Mide 72 cm x 77'5 cm. Pintado hacia 1877. Se ubica en el Museo de Orsay, París.